Bienvenida. (Poema)
A veces la vida pasa
callada y sin bullicio
el amor parece que tuviera
motores silenciosos en sus alas
y uno lo despide sin remedio
ruinoso pensando en un andén
al que nos gusta volver
pero sin despedidas
llueve allá afuera ahora
la tierra hambrienta se apacienta
de vivencias y viejas nostalgias
de pleamares grises y ausencias
de rostros borrosos que regresan
de algunos ayeres y corazonadas
de avivados olvidos que palpitan
que abren puertas y se quedan
si la vida pasa en su mutismo
bajo paréntesis con sigilo de puntillas
el corazón se apronta animándose
revisando el horizonte y su hendidura
sospechando que al cesar esa garua
habrá de apersonarse al mismo andén
para dar la bienvenida a la vida.